SHABAT PINJAS

29junio2013 - 21tamuz5773

¡MAZAL TOV! 
Este Shabat Daniel Barba llega a la edad de las mitzvot. Desde el Kol HaKehila le deseamos a él y a su familia Mazal Tov! 

LIBRO DE LA WIZO
 
CAMINATA SOLIDARIA


LOS RABINOS DE LA UJCL
ESCRIBEN SOBRE PARASHAT HASHAVUA 
Rabino Gustavo Kraselnik (Panamá)
Al finalizar el censo de las tribus, destinado a obtener la información necesaria para organizar la distribución de lotes en la tierra prometida, Parashat Pinjas nos trae el reclamo de herencia de las hijas de Tzlofajad
Sin contar con un hermano varón, las cinco muchachas, Majlá, Nohá, Jaglá, Milcá y Tirtzá, se presentan ante Moises, Eleazar y los príncipes de las tribus para solicitar recibir las tierras que corresponden a su difunto padre:
Nuestro padre murió  en el desierto, él no estuvo entre el grupo de los que se juntaron contra Dios en el grupo de Koraj, sino que murió por su propio pecado, y no tuvo hijos. ¿Por qué ha de desaparecer el nombre de nuestro padre de entre su familia sólo porque no tuvo hijo? Dadnos herencia entre los hermanos de nuestro padre. (Num. 27:3-4)
Moisés consulta a Dios la decisión y le concede a las cinco mujeres el derecho a heredar a su padre y así queda estipulada la ley: Ante la falta de un hijo varón, la hija pueden heredar su tierra. (Num. 27: 8)
Más allá de las importantes implicancias que tiene este pasaje en cuestiones legales, económicas, geográficas, de relaciones tribales, etc., nuestros sabios, siempre deseosos de ayudarnos a construir la imagen completa de los personajes bíblicos, han tratado de saber un poco más sobre quien fue Tzlofajad, tomando en cuenta la enigmática frase de sus hijas: “murió por su propio pecado”.
Sabemos por el testimonio de las hijas que no participó en la rebelión de Koraj. El Talmud (Baba Batra 117b) explica que aquellos que fueron parte de aquel incidente no recibirían tierras (es decir, sus descendientes no tienen derecho a reclamarlas) y lo mismo se aplica a los “murmuradores” contra Dios (Núm. Cap. 11) y a los que se unieron a la crítica de los espías (Id. 14). De allí que debamos descartar también su involucramiento en estos sucesos.
En otro pasaje talmúdico (Shabat 96b-97a) dos Tanaitas del siglo II señalan cual fue la falta de Tzlofajad. Rabi Akiva lo identifica como aquel hombre que cortaba leña en Shabat y que fue castigado con pena capital (Num. 15:32-36), mientras que Iehuda ben Beteira sostiene que fue uno de los que subieron a la colina - pese a la explicita prohibición de Moisés - y fueron exterminados por los amalekitas y los cananeos, después del incidente de los espías (Id. 14:44-45)
Si bien ambos sucesos ocurrieron cerca en el tiempo, más precisamente en el segundo año de la salida de Egipto, constituyen, en esencia, dos tipos totalmente distintos de pecado.
Mientras que en el primer caso asistimos a un acto individual en el segundo estamos en presencia de un grupo. El leñador viola la orden divina buscando su propio beneficio, y los que subieron la colina aspiraban la redención de todo el pueblo.
Sin embargo la principal diferencia radica en que para Rabi Akiva, Tzlofajad era un hereje (desobedece las normas del shabat), a la vez que Iehudá ben Beteira lo considera un fanático (decide ir ciegamente por el objetivo a pesar de que el propio Moisés le dice que no lo haga).
Sea uno u otro, hereje o fanático, Tzlofajad, representaba un gran desafío para la sociedad israelita emergente, así como para el judaísmo del siglo II, de igual forma que lo es para nosotros. 
En última instancia, el libertinaje y el fundamentalismo carcomen las bases de cualquier estructura y constituyen una amenaza para el desarrollo pleno y sano de la experiencia humana.
Construir una espiritualidad sólida, con bases firmes, sabiduría y pensamiento crítico, con corazón caliente y mente abierta, con disposición al diálogo y al encuentro con el otro. Ese es el antídoto para los seguidores de Tzlofajad.
Shabat Shalom uMeboraj!

DESDE LA COMUNIDAD HEBREA DE GUADALAJARA
TE DESEAMOS SHABAT SHALOM !!!

SHABAT JUKAT

15junio2013 - 7tamuz5773

¡MAZAL TOV!

Este Shabat Quique Moel llega a la edad de las mitzvot. Desde el Kol HaKehila le deseamos a él y a su familia Mazal Tov! 

LIBRO DE LA WIZO
 
LOS RABINOS DE LA UJCL
ESCRIBEN SOBRE PARASHAT HASHAVUA 
Rabino Rami Pavolotzky (Costa Rica)

La Parashá de esta semana, Jukat, comienza con el relato de lo que en la tradición se conoce como “pará adumá”, literalmente la vaca roja. Dado que es un texto de difícil análisis, prefiero antes que resumirlo citarlo en su totalidad: “1 El Eterno les habló a Moshé y a Aarón, diciendo: 2 «Éste es el decreto de la Torá que El Eterno ha ordenado, diciendo: Háblales a los Hijos de Israel y ellos tomarán para ti una vaca completamente roja, que no tenga mácula, y sobre la cual no se ha ceñido el yugo. 3 Se la daréis a Elazar el sacerdote; él la llevará afuera del campamento y alguien la sacrificará en su presencia. 4 Elazar el sacerdote tomará un poco de su sangre con su dedo índice, y salpicará siete veces un poco de ella en dirección a la Tienda de la Reunión. 5 Alguien quemará la vaca ante sus ojos: su piel, su carne y su sangre, con su excremento quemará. 6 El sacerdote tomará madera de cedro, hisopo y hebra carmesí y los arrojará a la quema de la vaca. 7 El sacerdote sumergirá sus vestimentas y se sumergirá él mismo en agua, y luego podrá ingresar al campamento; y el sacerdote permanecerá impuro hasta el anochecer. 8 El que la queme sumergirá sus vestimentas y se sumergirá él mismo en agua; y quedará impuro hasta el anochecer. 9 El hombre puro reunirá la ceniza y la colocará fuera del campamento, en un lugar puro. Para la asamblea de Israel será un recordatorio para el agua del rociado; es para purificación. 10 El que recogió la ceniza de la vaca sumergirá sus vestimentas y quedará impuro hasta el anochecer. Será para los Hijos de Israel y para el prosélito que habita entre ellos un decreto eterno.” (Bemidvar 19:1-10).
No hace falta ser un experto en el tema para darse cuenta que no es fácil entender racionalmente este pasaje. Por empezar, llama la atención que todo el ritual se base en la utilización de una vaca roja. ¡Después de todo, no todos los días es posible ver vacas rojas! Ya los sabios de la Mishná (Pará 3:5) expresaron lo peculiar de esta exigencia, al establecer que solamente nueve vacas rojas habían sido quemadas a lo largo de la historia (algunos opinan que solo siete). Varias historias en el Talmud establecen que el costo de una vaca roja era altísimo (Kidushín 31a y paralelos), lo cual es sin dudas una consecuencia de la extrema dificultad en encontrarla. Algunos explicaron que en realidad la Torá se refiere aquí al color café o marrón, para el cual no hay otro nombre en el Pentateuco (ver el comentario del Jumash Etz Jaim, por ejemplo).
Otro detalle que despierta mucha curiosidad es que las cenizas de la vaca roja tenían la propiedad de purificar al impuro (a aquel que había estado en contacto con un cadáver) pero al mismo tiempo impurificaban al puro, como se aprecia claramente en el pasaje de la Torá citado más arriba. Diversas posibles interpretaciones se le han dado a esta aparente paradoja, pero ninguna parece ser concluyente.
Digamos también que la idea del ritual resulta muy extraña y difícil de comprender, más allá de sus detalles y particularidades. Si bien han habido diferentes y originales intentos de darle un sentido, tanto racionales como alegóricos, lo cierto es que nuestra perplejidad ante este texto sigue en pie. Nuestros sabios, de bendita memoria, expresaron esta sensación en un hermoso midrash que describe al rey Salomón, el hombre más sabio sobre la faz de la tierra, diciendo que “he trabajado para entender la palabra de Dios y la he entendido toda, con excepción del ritual de la vaca roja” (Bemidvar Raba 19:3).
En esta misma línea, los sabios han catalogado a esta ley como un “jok” (pl. “jukim”), literalmente un decreto divino. A diferencia de los “mishpatim” (juicios) que son aquellas leyes de la Torá que tienen una explicación racional, los “jukim” carecen de ella. Son ordenanzas que hay que cumplir como si fueran un decreto de un rey, aun cuando carezcan de sentido común o seamos incapaces de entenderlas. El midrash incluso aclara que no tenemos derecho a cuestionar estas leyes (Bemidvar Raba 19:8).
Ante este tipo de leyes irracionales, entre las cuales la de la vaca roja parece ser un arquetipo, surge un interrogante acerca de la naturaleza misma de las mitzvot: ¿acaso deberíamos cumplir aquellas leyes que no tienen ningún sentido común? Algunos filósofos intentaron explicar que en realidad los jukim no carecen de sentido, sino que en todo caso éste permanece oculto ante nuestros ojos, ya sea por nuestra incapacidad intelectual o simplemente por desconocer el contexto en el que estas leyes fueron promulgadas. Maimónides, por ejemplo, dedica un buen esfuerzo a identificar el objetivo inicial de los jukim con la intención de la Torá de abolir la idolatría.
Una corriente religiosa ve en este tipo de leyes el pináculo de la observancia religiosa, ya que permite al hombre piadoso cumplir con los preceptos de Dios por el solo hecho de que Él así lo ordenó, sin que medie ningún tipo de beneficio individual o social. Otros pensadores más modernos han considerado estas regulaciones con un espíritu más crítico y las han llegado incluso a rechazar, por considerarlas carentes de sentido o anticuadas.
Como podrán apreciar, la ley de la vaca roja y sus similares, impactan de lleno en nuestra conciencia religiosa: el tener que observar una ley que carece de sentido aparente despierta una curiosidad exacerbada en algunos, infunde un éxtasis religioso en otros, y provoca un rechazo intelectual en otros más. A la mayoría de nosotros, simplemente nos deja perplejos. El hecho de que el precepto de la vaca roja no se observa hoy en día nos exime de una mayor preocupación, pero la observancia de muchos otros jukim sí sigue vigente en nuestro tiempo, como por ejemplo la prohibición de vestir ropas de lana y lino simultáneamente, y posiblemente las leyes de kashrut. Por eso la reflexión sobre la condición de los jukim sigue siendo tan relevante.
Me gustaría finalizar este comentario citando un midrash fantástico (Bemidvar Raba 19:8), que ilustra generosamente la situación que aquí traté de describir. Se cuenta que una vez un hombre pagano desafió a Rabí Iojanán ben Zakai, al decirle que todo el ritual de la vaca roja se asemeja mucho a las prácticas de magia, aun cuando la misma Torá en otros pasajes las condene severamente. Rabí Iojanán comparó entonces al rito de la vaca roja con las “medicinas” que se utilizaban en su época para curar a quien estaba poseído por un espíritu maligno (melancolía extrema/locura). El pagano quedó satisfecho con la explicación y se retiró, pero los alumnos de Rabí Iojanán no quedaron conformes. Le dijeron “a este hombre pudiste empujar con una simple vara (es decir un argumento elemental) pero ¿qué nos dices a nosotros? A lo que rabí Iojanán ben Zakai respondió “¡por sus vidas! Ni el muerto impurifica, ni el agua con las cenizas de la vaca roja purifican, sino que dijo el Santo Bendito Sea Él: un mandato he ordenado, un decreto he decretado, y no tienes derecho de transgredir mi decreto”.
¿Qué significa este midrash? Pues aparentemente lo que quiere decir es que la impureza no reside en el ambiente, no está en la naturaleza de los cadáveres ni proviene de la esencia de la muerte, ni tampoco existe un poder purificador esencial en la constitución de las cenizas de la vaca roja. El único elemento que provoca que esto impurifique y aquello otro purifique es el decreto de Dios y la aceptación del hombre del yugo divino, nada más.
Aun aquellos con espíritus más racionalistas (entre los que humildemente me incluyo) deben reconocer que la existencia de los jukim le otorga al judaísmo un estatus diferente, y lo vuelve más intrigante y fascinante al mismo tiempo. Si éstos no existieran, la halajá, la ley judía, tradición judía sería solamente una elaboración (magnífica por cierto) lógica que ayuda al hombre a vivir en sociedad, a respetarse a sí mismo y a sus semejantes, a ser más misericordioso, a ser agradecido con su Creador, etc. Por cierto, este análisis fue sostenido con diferentes matices por múltiples pensadores judíos de todos los tiempos.
Sin embargo, la existencia misma de los preceptos sin explicación racional, como el de la vaca roja, nos desafía constantemente a viajar hacia los límites de nuestro entendimiento y a aceptar leyes que no podemos comprender a cabalidad. Esta meditación nos acerca al misterio que rodea nuestras vidas, a la vez que nos invita a reconocer nuestra condición humana, limitada y frágil… ¿quién sabe? Quizás en ello radique la grandeza de estos preceptos.
Shabat Shalom uMeboraj!

DESDE LA COMUNIDAD HEBREA DE GUADALAJARA
TE DESEAMOS SHABAT SHALOM !!!

SHABAT KORAJ

8junio2013 - 30sivan5773

¡BUEN VIAJE!

En los próximos días, Daniela Barajas se estará yendo a pasar unos meses a Alemania. Desde el Kol HaKehila le deseamos buen viaje y la mejor de las experiencias en el Viejo Mundo.

LOS RABINOS DE LA UJCL
ESCRIBEN SOBRE PARASHAT HASHAVUA
Rabina Daniela Szuster (Costa Rica)

“Se dispuso Koraj, hijo de Itzhar, hijo de Kehat, hijo de Leví, junto a Datán y Abirán, hijos de Eliab, y On, hijo de Pélet, hijos de Reubén. Se erigieron delante de Moshé, junto con hombres de los hijos de Israel, doscientos cincuenta, jefes de la congregación, los convocados a la asamblea, hombres de renombre” (Bemidvar 16:1-2).
De este modo, comienza la parashá de esta semana. Koraj, Datán y Avirán, junto a unos doscientos cincuenta hombres se sublevaron contra Moshé. Diferentes comentaristas se preguntan quiénes habrán sido esas doscientas cincuenta personas y por qué motivo tomaron la decisión de rebelarse contra Moshé, el gran líder que los liberó de la esclavitud.
Ibn Ezra supuso que dentro de este grupo, había gente disconforme y disgustada por diferentes motivos. Era un grupo heterogéneo en la motivación de sus quejas pero homogéneo en el objetivo de la sublevación. Los unía la queja, teniendo ésta diferentes orientaciones. Ibn Ezra, de alguna manera, se trasladó a aquella época y trató de entender el posicionamiento, las emociones y enojos de los diferentes grupos que componían esta rebelión. Así es como identificó a ciertos posibles  grupos disconformes:
-Levitas: podrían estar disconformes por tener que ser los servidores de los Sacerdotes y no tener ellos un lugar más protagónico.
-Tribu de Reubén (Datán y Abirán): podrían sentirse discriminados porque en su momento les quitaron la primogenitura y se la transfirieron a los descendientes de Iosef.
-Primogénitos de todas las tribus de Israel: éstos se pudieron considerarse discriminados por haberles quitado el mérito de realizar los sacrificios a D”S, traspasando esta función a la tribu de Levi (ocurrido tras el suceso de la construcción del becerro de oro).
-Koraj: según Rashi, se rebeló contra la investidura de Aharón como Cohen Gadol. Éste quería suplantar a Elizafán Ben Huziel, a quien Moshé designó como jefe de los hijos de Kehat. Según Rabeinu Bejaiei ben Ahser, más bien, por fuertes celos que sentía contra el liderazgo de Mohé. Él también era de la tribu de Leví y, por ende, tenía la oportunidad de ocupar un lugar de liderazgo.
Aquí ya tenemos, por lo menos, cuatro motivos diferentes de quejas de distintas personas. Y seguramente, se pueden encontrar otras más.
Ahora, la pregunta es, por qué justamente en este momento sacaron a relucir todas estas quejas. Acaso surgieron en este momento o estaban en el ambiente desde tiempo atrás. Por qué no se quejaron cada uno en su momento: los Levitas cuando se les asignó sus funciones, la tribu de Reubén cuando se transfirió la primogenitura a Iosef, los primogénitos en el suceso del becerro de oro, etc.
Rambán, de forma muy perspicaz, respondió diciendo que no es casualidad de que se haya organizado esta manifestación justamente en este momento histórico. Si esto mismo hubiera ocurrido en otro momento, probablemente el grueso del pueblo no lo hubiera permitido, defendiendo a Moshé y a Aharón, siendo sus líderes amados y admirados. En otras situaciones, la gente que estaba disconforme tenía que callar y silenciar sus molestias. En cambio, en este instante, luego del episodio de los Meraglim (espías), a partir del cual emergió una crisis y una división muy profunda dentro del pueblo, fue cuando estos grupos se hicieron notar y no se avergonzaron por sus protestas. Koraj, se dio cuenta que éste era el momento propicio para lograr su objetivo.
Y ése pudo haber sido el gran error de Koraj, haberse aprovechado de la situación de vulnerabilidad, confusión y crisis que vivía el pueblo, para rebelarse e intentar conseguir sus propios intereses. Koraj no pensó en lo que esta rebelión podría haber causado en el pueblo en general, sino más bien, en cómo destituir a los líderes actuales para adquirir él mismo el poder. Este es un suceso que lo hemos visto en muchos períodos de la historia humana.
Pensando en los seguidores de Koraj, pareciera ser que la disconformidad siempre se encuentra de forma latente. Freud hablaba del “malestar en la cultura”. Si se le pregunta a cada uno, alguna disconformidad seguramente va a presentar en relación a los distintos grupos humanos a los que pertenece. Esto no es novedad. El tema es aprovecharse de esto para beneficio propio y provocar una desintegración social general. Pensando en el interés propio, en la ambición y el poder en sí más que en el bienestar general.
Comienza la parashá con las palabras “Vaikaj Koraj”, Rahi las entiende como “lakaj et atzmó” (se sacó a sí mismo). Koraj pertenecía a una familia prestigiosa, tenía riquezas, era un talmid jajam (sabio) y era muy inteligente. Tenía todas las cualidades para, en algún momento, convertirse en líder del pueblo de Israel. ¿Y por qué no lo consiguió? Porque “lakaj et atzmó” (se sacó a si mismo), él mismo, al intentar acelerar el proceso, perdió su oportunidad. No esperó al día que el pueblo lo eligiera por reconocer sus cualidades sino que pretendió elegirse solo para ser líder por medio de la pelea, la discusión y la desestabilización social. Siguiendo a Rashi, no alcanza tener las cualidades óptimas de liderazgo sino esperar el momento ideal para que éste pueda emerger.
Como dice en Pirkei Avot (4:21): “la envidia, el deseo, y el honor sacan al hombre del mundo”. A Koraj, estos aspectos, le quitaron su oportunidad de liderazgo y fue castigado eternamente.
Entonces, siguiendo uno de los mensajes de esta parashá, no está mal quejarse, es entendible sentirse a veces disconforme o molesto, el problema es cuando se aprovecha cierto malestar general para aumentar la crisis, el desorden y el caos en vez de tratar de incentivar la consolidación social, la recuperación de la esperanza y el anhelo por un futuro exitoso en común; más allá de quien conduzca ese liderazgo.
Shabat Shalom uMeboraj!

DESDE LA COMUNIDAD HEBREA DE GUADALAJARA
TE DESEAMOS SHABAT SHALOM Y JODESH TOV !!!