26 de Julio de 2008 - 23 de Tamuz de 5768
Parasha: Números 30:2 - 32:42
Haftara: Jeremías 1:1 - 2:3
Encendido de Velas: Viernes 20:16 hs.
Motzaei Shabat: Sábado 21:09 hs.
Motzaei Shabat: Sábado 21:09 hs.
Encendido de Velas del Próximo Shabat: 20:13 hs.
ENCUESTA DEL DIA
RESULTADOS
La semana pasada preguntamos:
¿Acuerdas con el intercambio de prisioneros realizado por el Estado de Israel durante esta semana?
Los resultados fueron los siguientes:
Si: 75%
No: 25%
Te invitamos a seguir participando dándonos tu opinión, tanto desde el voto como desde los comentarios que nos quieras hacer al final de esta entrada!
¿Acuerdas con el intercambio de prisioneros realizado por el Estado de Israel durante esta semana?
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DEL 17 DE TAMUZ AL 9 DE AV
"BEIN HAMETZARIM"
Tres son las semanas que se extienden entre el 17 de Tamuz al 9 de Av, semanas para pensar y reflexionar sobre aquello que lleva a que ciudades se destruyan o proyectos desaparezcan. Para aquellos que quieran saber un poco más sobre estas fechas, los invitamos a leer los siguientes artículos:
COMENTARIO DE LA PARASHA
Rabino Gustavo Kraselnik
Congregación Kol Shearith Israel, Panamá
En una de las más agudas leyendas talmúdicas, Moisés, después de viajar al futuro para conocer a Rabi Akiva, pregunta a Dios: “¿Habiendo un hombre tan extraordinario, por que me entregas la Torá a mi?” (menajot 29b)
Rabí Akiva, erudito y notable maestro, constituye el arquetipo del sabio judío capaz de extraer profundos conocimientos de los detalles más pequeños. En ese mismo pasaje del Talmud, se afirma que podría aprender incluso de los “taguim”, las coronas que ornamentan las letras de la Torá.
Posiblemente inspirado en este y otros textos, David Hartman, uno de los más notables teólogos judíos contemporáneos, utiliza una bella metáfora para explicar la pasión con la que Rabi Akiva se relacionaba con la Torá:
“Rabi Akiva leía la Biblia como una íntima carta de amor. Leía y releía las palabras; palpaba el pergamino, por así decirlo y examinaba la escritura manual, las formas de las letras y las marcas de cada página, siempre en procura de señales y pistas que condujeran a significados ocultos y mensajes secretos.” (David Hartman, La Tradición interpretativa, pag. 27)
Es precisamente a partir de esa lectura y relectura minuciosa, incisiva y constante, como los maestros del pueblo judío han desarrollado el ejercicio de estudiar sistemáticamente la Torá. Semana tras semana enfrentamos el texto bíblico con el afán de descubrir nuevas enseñanzas y renovados significados, en los relatos ya conocidos, que nos permitan guiar y orientar nuestras vidas.Un ejemplo de este análisis pormenorizado del texto sagrado, para construir a partir de un detalle mínimo una gran lección, lo encontramos cerca del final de parashat Matot.
La Torá, en el capítulo 32 del libro de Números, nos relata que las tribus de Reuven y Gad poseían abundante ganado y vieron que la tierra del lado este del Jordán (es decir, sin ingresar a la tierra prometida) era ideal para sus animales. Por eso propusieron a Moisés quedarse allí. La respuesta del gran líder fue categóricamente negativa: “¿Así que ustedes se quedarán aquí, mientras sus hermanos van a la guerra?” (vs.6)
Entonces, las dos tribus presentaron una nueva propuesta; que los hombres marchen a la guerra con el resto del pueblo pero primero “Quisiéramos hacer aquí corrales para nuestro ganado y poblados para nuestros hijos.” (vs.16) Moisés acepta la propuesta planteada y responde: “Construyan poblados para sus hijos y corrales para su ganado, pero cumplan lo que han prometido". (vs.24)
Leamos atentamente el texto. La contestación del líder es sutilmente diferente a la oferta de las tribus de Reuven y Gad. Estos plantearon construir primero corrales y luego las ciudades, mientras que Moisés priorizó las ciudades para los niños.
A partir de esta, en principio, tenue diferencia, el Midrash (Bemidvar Raba 22:5) percibe una notable discrepancia cualitativa entre ambas perspectivas y critica el materialismo de las dos tribus díscolas:
“El corazón del sabio está inclinado a su derecha” se refiere a Moisés, “mas el corazón del necio a su izquierda” (ecl. 10:2 son los reuvenitas y gaditas que convirtieron a lo secundario en principal y a lo principal lo volvieron secundario pues prefirieron sus pertenencias antes que a su familia)
Los hijos de Reuven y Gad estaban más preocupados por su patrimonio que por sus hijos e hijas. La respuesta de Moisés les recuerda que la prioridad deben ser sus familias y no su riqueza. El mensaje es contundente (también para nosotros). No se debe construir fortuna a costa de los hijos, de la familia
Pero hay algo más. El cambio de prioridades que establece Moisés no pretende ser sólo una lección de valores sino que resulta una condición indispensable para que su promesa de ir luego a la guerra con todo el pueblo, sea aceptada.
Tal como comenta sobre este pasaje el Ktav Sofer (Abraham Shmuel Benjamín Schreiber, Hungría, siglo XIX), aquel que antepone sus riquezas a su propio ser, sus promesas no deben ser creídas pues su avaricia los llevará a no cumplirlas. Tal es el caso de los hijos de Reuven y Gad que colocaron a sus animales antes que a sus hijos, por lo tanto no hay que creerles. Por eso Moisés revierte el orden: primero “construyan poblados para sus hijos y” luego “corrales para su ganado” entonces “cumplan lo que han prometido”. En otras palabras, sólo si comprenden que sus familias van delante que sus posesiones serán dignos de confianza y honrarán su compromiso con todo el pueblo.
Sin duda, nuestras elecciones dicen mucho sobre el tipo de personas que somos. Nuestras prioridades, a la hora de la verdad, definen mejor nuestra esencia que cualquier declaración que hagamos. Colocar a nuestros hijos e hijas en la cima de nuestras preferencias (y actuar en consecuencia) es el requisito indispensable para el desarrollo de una existencia integra.
Shabat Shalom.
Rabí Akiva, erudito y notable maestro, constituye el arquetipo del sabio judío capaz de extraer profundos conocimientos de los detalles más pequeños. En ese mismo pasaje del Talmud, se afirma que podría aprender incluso de los “taguim”, las coronas que ornamentan las letras de la Torá.
Posiblemente inspirado en este y otros textos, David Hartman, uno de los más notables teólogos judíos contemporáneos, utiliza una bella metáfora para explicar la pasión con la que Rabi Akiva se relacionaba con la Torá:
“Rabi Akiva leía la Biblia como una íntima carta de amor. Leía y releía las palabras; palpaba el pergamino, por así decirlo y examinaba la escritura manual, las formas de las letras y las marcas de cada página, siempre en procura de señales y pistas que condujeran a significados ocultos y mensajes secretos.” (David Hartman, La Tradición interpretativa, pag. 27)
Es precisamente a partir de esa lectura y relectura minuciosa, incisiva y constante, como los maestros del pueblo judío han desarrollado el ejercicio de estudiar sistemáticamente la Torá. Semana tras semana enfrentamos el texto bíblico con el afán de descubrir nuevas enseñanzas y renovados significados, en los relatos ya conocidos, que nos permitan guiar y orientar nuestras vidas.Un ejemplo de este análisis pormenorizado del texto sagrado, para construir a partir de un detalle mínimo una gran lección, lo encontramos cerca del final de parashat Matot.
La Torá, en el capítulo 32 del libro de Números, nos relata que las tribus de Reuven y Gad poseían abundante ganado y vieron que la tierra del lado este del Jordán (es decir, sin ingresar a la tierra prometida) era ideal para sus animales. Por eso propusieron a Moisés quedarse allí. La respuesta del gran líder fue categóricamente negativa: “¿Así que ustedes se quedarán aquí, mientras sus hermanos van a la guerra?” (vs.6)
Entonces, las dos tribus presentaron una nueva propuesta; que los hombres marchen a la guerra con el resto del pueblo pero primero “Quisiéramos hacer aquí corrales para nuestro ganado y poblados para nuestros hijos.” (vs.16) Moisés acepta la propuesta planteada y responde: “Construyan poblados para sus hijos y corrales para su ganado, pero cumplan lo que han prometido". (vs.24)
Leamos atentamente el texto. La contestación del líder es sutilmente diferente a la oferta de las tribus de Reuven y Gad. Estos plantearon construir primero corrales y luego las ciudades, mientras que Moisés priorizó las ciudades para los niños.
A partir de esta, en principio, tenue diferencia, el Midrash (Bemidvar Raba 22:5) percibe una notable discrepancia cualitativa entre ambas perspectivas y critica el materialismo de las dos tribus díscolas:
“El corazón del sabio está inclinado a su derecha” se refiere a Moisés, “mas el corazón del necio a su izquierda” (ecl. 10:2 son los reuvenitas y gaditas que convirtieron a lo secundario en principal y a lo principal lo volvieron secundario pues prefirieron sus pertenencias antes que a su familia)
Los hijos de Reuven y Gad estaban más preocupados por su patrimonio que por sus hijos e hijas. La respuesta de Moisés les recuerda que la prioridad deben ser sus familias y no su riqueza. El mensaje es contundente (también para nosotros). No se debe construir fortuna a costa de los hijos, de la familia
Pero hay algo más. El cambio de prioridades que establece Moisés no pretende ser sólo una lección de valores sino que resulta una condición indispensable para que su promesa de ir luego a la guerra con todo el pueblo, sea aceptada.
Tal como comenta sobre este pasaje el Ktav Sofer (Abraham Shmuel Benjamín Schreiber, Hungría, siglo XIX), aquel que antepone sus riquezas a su propio ser, sus promesas no deben ser creídas pues su avaricia los llevará a no cumplirlas. Tal es el caso de los hijos de Reuven y Gad que colocaron a sus animales antes que a sus hijos, por lo tanto no hay que creerles. Por eso Moisés revierte el orden: primero “construyan poblados para sus hijos y” luego “corrales para su ganado” entonces “cumplan lo que han prometido”. En otras palabras, sólo si comprenden que sus familias van delante que sus posesiones serán dignos de confianza y honrarán su compromiso con todo el pueblo.
Sin duda, nuestras elecciones dicen mucho sobre el tipo de personas que somos. Nuestras prioridades, a la hora de la verdad, definen mejor nuestra esencia que cualquier declaración que hagamos. Colocar a nuestros hijos e hijas en la cima de nuestras preferencias (y actuar en consecuencia) es el requisito indispensable para el desarrollo de una existencia integra.
Shabat Shalom.
TITULARES DE LA SEMANA
~ Obama visitó Yad VaShem
~ Nuevo ataque terrorista con tractor en Jerusalem
~ Livni: Deseo ser la Primer Ministro
~ Olmert: Las conversiones son prioridad nacional
~ Generando Herejes y Creyentes
~ Lecciones Judías desde el Nuevo Mundo
~ Intercambio Hezbola-Israel: resultados asimétricos
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DESDE LA COMUNIDAD HEBREA DE GUADALAJARA TE DESEAMOS SHABAT SHALOM !!!
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