15 de Agosto de 2009 - 25 de Av de 5769
NUEVO MIEMBRO
Desde nuestro Kol HaKehila Online queremos darle la bienvenida formal al nuevo miembro de nuestra comunidad, el Sr. Gerardo Schwartz.
Esperamos que aquí puedas encontrar tu casa.
Baruj haBa!!
CARTISEI BRAJA
Ya contamos en la comunidad con tarjetas de salutación con motivo del nuevo año que está por comenzar.
Si quieres contar con ellas para enviarle a tus parientes y seres queridos, te invitamos a que te acerques a la comunidad y preguntes por ellas.
Shana Tova!!!
UJCL
12° CONVENCION
Circular Interna: Premio UJCL al Trabajo Comunitario
LA CHG EN LA PRENSA
EDITORIAL EN PERIODICO MURAL
Compartimos aquí el comentario editorial que escribió el mes pasado el Rabino Joshua Kullock en el periódico Mural.Desde nuestro Kol HaKehila Online queremos darle la bienvenida formal al nuevo miembro de nuestra comunidad, el Sr. Gerardo Schwartz.
Esperamos que aquí puedas encontrar tu casa.
Baruj haBa!!
CARTISEI BRAJA
Ya contamos en la comunidad con tarjetas de salutación con motivo del nuevo año que está por comenzar.
Si quieres contar con ellas para enviarle a tus parientes y seres queridos, te invitamos a que te acerques a la comunidad y preguntes por ellas.
Shana Tova!!!
UJCL
12° CONVENCION
Circular Interna: Premio UJCL al Trabajo Comunitario
LA CHG EN LA PRENSA
EDITORIAL EN PERIODICO MURAL
PODCASTS DE LA CHG
Ética Judía
Hemos regresado con las clases de ética judía en el marco de los rezos semanales de los jueves a las 8:00 hs.
Te invitamos a que te sumes para seguir sosteniendo nuestro querido minian !!
Te invitamos a que te sumes para seguir sosteniendo nuestro querido minian !!
G-DCAST
LOS RABINOS DE LA UJCL
ESCRIBEN EL COMENTARIO DE LA PARASHA
Rabino Joshua Kullock
Atenas y Jerusalem, la filosofía griega y la Tradición de Israel, siempre se han relacionado de maneras diversas, a veces complementándose, a veces oponiéndose. Hubo épocas en las que se intentó poner de manifiesto el contraste y la imposibilidad de establecer un sistema con elementos en común, y épocas en donde se llegó a sostener que el mensaje que transmite la Tora es el principio y fundamento de las teorías que luego va a desarrollar Aristóteles en su obra.
En el caso particular de esta semana, nuestra parasha puede servir para ilustrar una notoria diferencia entre las concepciones que se planteaban en ambas tradiciones, al menos en lo que respecta a cómo se concebía el futuro.
Grecia era el emporio del oráculo. Diversas ciudades griegas contaban con oráculos adonde aquellos que tenían alguna consulta podían ir a que se les develase el futuro. Dicho futuro era inamovible, innegociable y fatal. Nada se podía hacer para cambiar el destino ya prefijado. El caso del oráculo más recordado por todos nosotros es el aquel que se emplazaba en Delfos, y que determinó la fatídica suerte de Edipo y sus padres.
En la tradición judía no contamos con oráculos. Aun cuando alguien podría con suma razón mencionar la existencia de los Urim veTumim que vestía el Sumo Sacerdote, es importante señalar que dichos mecanismos nunca tuvieron un lugar central en la vida del pueblo, y ni que hablar de su desarrollo posterior. En contraposición a los oráculos, aquello que si fue determinante en el judaísmo de la antigüedad, fue la institución de la profecía. Los profetas fueron aquellas personas iluminadas que elevaban su voz en tiempos turbulentos para dar cuenta de todo aquello que debía hacerse para que las ciudades no colapsen ni el pueblo se desintegre tanto física como socialmente. Es en este sentido que los comentaristas talmúdicos conocidos como Tosafot, dicen que: “Un profeta no viene a profetizar sino sobre aquello que debería ser” (Iebamot 50a).
De esta manera también debemos entender algunos pasajes de la Tora. En el caso particular de nuestra parasha, podemos ver dos versículos que parecerían ser a priori contradictorios. Está escrito por un lado que: “No habrá mendigos entre los tuyos, pues Ad-nai te bendecirá con abundancia” (Deuteronomio 15:4); pero más adelante el texto dice: “Pues nunca faltarán pobres en medio de tu tierra; por eso yo te mando: abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra” (15:11).
¿Cómo entender la aparente contradicción? ¿Habrá pobres siempre o llegaremos a vivir días en que no encontremos más gente que mendigue? Al parecer, el mensaje profético de la Tora es aquel que nos exhorta a trabajar, a abrir la mano, para subsanar la brecha existente entre aquellos que tienen y aquellos que no. La Tora nos dice que aquello que debería ser es un estado equilibrado en donde los recursos limitados con los que contamos son divididos de manera equitativa entre todos los seres de la tierra. Pero si no somos nosotros los que nos damos a la tarea de lograr recuperar este equilibrio, no quedará más que ver cómo en nuestro mundo nunca faltarán pobres ni necesitados.
Es probable que estos dos versículos que aparecen tan cerca uno del otro tengan la intención de devolvernos hacia la apertura de nuestra parasha. Allí se nos dice: “Mirad, Yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición” (11:26). Bendición y maldición son las caras de una misma moneda, en donde el desafío radica en que lado es el que nosotros decidimos tomar. Son nuestros propios actos redentores los que pueden ayudarnos a hacer de nuestras vidas bendición. Son nuestras propias acciones, y no ningún oráculo fatalista, aquellas que irán determinando si nos unimos para trabajar por el bien común, o nos distanciamos pensando únicamente en nuestro propio yo.
Quiera Ds iluminarnos para elegir bendición, para abrir los ojos y oídos a la voz de la profecía, al llamado que desde años y generaciones nos continua invitando para hacer de este mundo, un mundo mejor.
Shabat Shalom uMevoraj!
En el caso particular de esta semana, nuestra parasha puede servir para ilustrar una notoria diferencia entre las concepciones que se planteaban en ambas tradiciones, al menos en lo que respecta a cómo se concebía el futuro.
Grecia era el emporio del oráculo. Diversas ciudades griegas contaban con oráculos adonde aquellos que tenían alguna consulta podían ir a que se les develase el futuro. Dicho futuro era inamovible, innegociable y fatal. Nada se podía hacer para cambiar el destino ya prefijado. El caso del oráculo más recordado por todos nosotros es el aquel que se emplazaba en Delfos, y que determinó la fatídica suerte de Edipo y sus padres.
En la tradición judía no contamos con oráculos. Aun cuando alguien podría con suma razón mencionar la existencia de los Urim veTumim que vestía el Sumo Sacerdote, es importante señalar que dichos mecanismos nunca tuvieron un lugar central en la vida del pueblo, y ni que hablar de su desarrollo posterior. En contraposición a los oráculos, aquello que si fue determinante en el judaísmo de la antigüedad, fue la institución de la profecía. Los profetas fueron aquellas personas iluminadas que elevaban su voz en tiempos turbulentos para dar cuenta de todo aquello que debía hacerse para que las ciudades no colapsen ni el pueblo se desintegre tanto física como socialmente. Es en este sentido que los comentaristas talmúdicos conocidos como Tosafot, dicen que: “Un profeta no viene a profetizar sino sobre aquello que debería ser” (Iebamot 50a).
De esta manera también debemos entender algunos pasajes de la Tora. En el caso particular de nuestra parasha, podemos ver dos versículos que parecerían ser a priori contradictorios. Está escrito por un lado que: “No habrá mendigos entre los tuyos, pues Ad-nai te bendecirá con abundancia” (Deuteronomio 15:4); pero más adelante el texto dice: “Pues nunca faltarán pobres en medio de tu tierra; por eso yo te mando: abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra” (15:11).
¿Cómo entender la aparente contradicción? ¿Habrá pobres siempre o llegaremos a vivir días en que no encontremos más gente que mendigue? Al parecer, el mensaje profético de la Tora es aquel que nos exhorta a trabajar, a abrir la mano, para subsanar la brecha existente entre aquellos que tienen y aquellos que no. La Tora nos dice que aquello que debería ser es un estado equilibrado en donde los recursos limitados con los que contamos son divididos de manera equitativa entre todos los seres de la tierra. Pero si no somos nosotros los que nos damos a la tarea de lograr recuperar este equilibrio, no quedará más que ver cómo en nuestro mundo nunca faltarán pobres ni necesitados.
Es probable que estos dos versículos que aparecen tan cerca uno del otro tengan la intención de devolvernos hacia la apertura de nuestra parasha. Allí se nos dice: “Mirad, Yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición” (11:26). Bendición y maldición son las caras de una misma moneda, en donde el desafío radica en que lado es el que nosotros decidimos tomar. Son nuestros propios actos redentores los que pueden ayudarnos a hacer de nuestras vidas bendición. Son nuestras propias acciones, y no ningún oráculo fatalista, aquellas que irán determinando si nos unimos para trabajar por el bien común, o nos distanciamos pensando únicamente en nuestro propio yo.
Quiera Ds iluminarnos para elegir bendición, para abrir los ojos y oídos a la voz de la profecía, al llamado que desde años y generaciones nos continua invitando para hacer de este mundo, un mundo mejor.
Shabat Shalom uMevoraj!
APUNTEN LA FECHA - SAVE THE DATE!!!
12° Convención de la UJCL
~ Primera Circular ~
~ Segunda Circular ~
Panamá - 27 al 31 de Enero, 2010
DESDE LA COMUNIDAD HEBREA DE GUADALAJARA TE DESEAMOS SHABAT SHALOM !!!
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