16 de Agosto de 2008 - 15 de Av de 5768
Parasha: Deuteronomio 3:23 - 7:11
Haftara: Isaías 40:1-26
Encendido de Velas: Viernes 20:04 hs.
Motzaei Shabat: Sábado 20:56 hs.
Motzaei Shabat: Sábado 20:56 hs.
Encendido de Velas del Próximo Shabat: 19:59 hs.
MAZAL TOV
Queremos aprovechar este espacio para felicitar a Ricardo Chejfec quien este Shabat será llamado a la Tora como Bar Mitzva en nuestra comunidad hermana de Kiriat Bialik en Israel. Les deseamos a él y a toda su familia un Mazal Tov!! Que sea con bendiciones!!
ENCUESTA DEL DIA
RESULTADOS
La semana pasada preguntamos:RESULTADOS
¿Cuántos libros lees al año?
Los resultados fueron los siguientes:
0 a 5: 20%
6 a 10: 24%
11 a 20: 20%
21 a 30: 16%
Más de 30: 20%
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PENSAMIENTOS CONTEMPORANEOS...
"Si verdaderamente quieres que tus hijos estudien Tora, estudia Tora en su presencia. Ellos seguirán entonces tu ejemplo.
De lo contrario, ellos no estudiarán nunca Tora, sino que se dedicarán a instruir a sus propios hijos para que así lo hagan."
LOS RABINOS DE LA UJCL ESCRIBEN
EL COMENTARIO DE LA PARASHA
Rabino Joshua Kullock
Comunidad Hebrea de Guadalajara
"Si verdaderamente quieres que tus hijos estudien Tora, estudia Tora en su presencia. Ellos seguirán entonces tu ejemplo.
De lo contrario, ellos no estudiarán nunca Tora, sino que se dedicarán a instruir a sus propios hijos para que así lo hagan."
Rabi Menajem Mendl de Kotzk
LOS RABINOS DE LA UJCL ESCRIBEN
EL COMENTARIO DE LA PARASHA
Rabino Joshua Kullock
Comunidad Hebrea de Guadalajara
Desde los principios de la civilización humana, el mal ha sido tema de discusión, de análisis, pero principalmente de dolor. En este sentido, vemos que en textos sumamente antiguos ya se nos habla de sistemas que intentan encontrarle sentido al mal que acaece sin pedir ni permiso ni perdón. Entre estos textos milenarios también podemos citar a nuestra Tora, y a su teología retributiva que premia a aquellos que son fieles al pacto y castiga a aquellos que lo incumplen.
¿Pero por qué es que el hombre se ha visto en la necesidad de justificar los males que se suceden en el mundo? ¿Cuál es el sentido que subyace detrás de esta imperiosa necesidad de explicar lo que muchas veces se torna inexplicable? Creo que una de las respuestas más interesantes que se han dado al respecto le corresponde al filósofo judeo-francés Emmanuel Levinas, quien supo decir al respecto que los males que más nos duelen son justamente aquellos que no podemos ingresar en algún tipo de economía de sentido. En su caso particular, él se refería a la Shoa.
Sin embargo, y tal como ocurre en su caso más extremo con la Shoa, la vida siempre nos presenta con situaciones de dolor que no podemos explicar. Sin ir más lejos, nuestra Parashá comienza con un Moshe compungido, triste y abatido, llorando su triste y solitario final con un Ds que no le permite ingresar a la Tierra Prometida después de tantos años de haber estado a Su servicio. ¿Quién más meritorio que el más humilde de todos los hombres de la tierra para ser premiado con unos pocos años de vida en Israel? Y aun así: “VaEtjanan el Ad-nai… Y oré a Ad-nai […] VeLo Shama Elai… y no me escuchó” (Deuteronomio 3:23, 26).
Siendo así, no es casual que el Midrash vincule la oración de Moshe con un versículo que se encuentra en el libro de Job (9:22), el cual sostiene: “Una cosa me resta por decir: que al perfecto y al impío Él los destruye.” De acuerdo al Midrash, dijo Moshe: “Soberano del Mundo, una sola cosa es para todos, ya que todos son iguales ante Ti, y a fin de cuentas es el mismo decreto tanto para los justos como para los malvados” (Tanjuma Vaetjanan 1).
En algún punto todos nos podemos conectar con la amargura de Moshe. Y aún cuando ninguno de nosotros se encuentra en el nivel del más grande de los profetas de todos los tiempos, todos podemos sentir el profundo dolor de la pérdida inexplicable. En esos momentos, las teologías retributivas parecen resquebrajarse y tambalear. En esos momentos, las crisis nos pueden llevar a alejarnos de Ds y de Su Tora.
En este sentido, me parece que el comienzo de Parashat Vaetjanan se encuentra todavía en el estadio correspondiente a Tisha beAv y al período de tres semanas de duelo que acaban de finalizar. En otras palabras, Moshe – al igual que lo que ocurre con Meguilat Eija y la destrucción de Jerusalem – vincula su pérdida con un castigo divino. Sin embargo, y por más que mucho me pese, este estadio no se circunscribe solamente a Moshe o a Megilat Eija, ni queda reducido solamente a tres semanas al año, sino que para muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo la realidad que los rodea debe ser aprehendida y tamizada en función a esta narrativa de premios y castigos. Cuando esta narrativa se quiebra, se produce un hondo vacío que luego es sumamente difícil de llenar.
Pero Vaetjanan no solo nos conecta con el lamento y la destrucción de paradigmas que se quiebran a la par de ciudades que parecían imbatibles, sino que nos ofrece otro estadio existencial sobre el que podemos (y tal vez debemos) construir una visión judía que sea moderna, auténtica y relevante para nuestras vidas. Nuestra Parasha, es la Parasha del Shema, y más específicamente, del primer párrafo del Shema. Y este texto, sumamente conocido por todos nosotros, nos invita a relacionarnos con lo divino y trascendente desde el apego y el amor: “VeAhavta et Ad-nai Eloeja… Y amarás a Ad-nai tu Ds” (Deuteronomio 6:5). Este amor no depende en ningún momento de intereses, privilegios o regalías, sino que se construye desde el profundo sentido de sostener el pacto y la unión.
La construcción de un camino de estas características lleva tiempo y trabajo. Llegar a la conclusión de que uno debe hacer el bien porque de esa manera hace acto de aquello divino que es potencia en nuestro interior es un desafío que nos debe convocar a todos y a cada uno de nosotros. Porque en entender la importancia del pacto que se sostiene en el amor y la alegría radica el desafío de construir una narrativa judía propia en la que podamos encontrar sentido y fortalecer nuestro judaísmo a partir de acciones concretas y cotidianas.
Los momentos de dolor son inherentes a la vida misma, y como ya lo ha dicho Harold Kushner, Ds nunca nos prometió que nada malo nos iba a suceder. Entender que el pacto con Ds pasa por otro lado, y que nutridos de textos clásicos como el Shema deberemos construir este tipo de relación en nuestros propios términos, es base y fundamento para encontrar Nejamá, el consuelo de saber que a pesar de las desgracias que nos han ocurrido aquí seguimos estando, fieles al legado de nuestra tradición de vivir vidas plenas de sentido y llenas de esperanza.
Shabat Shalom uMeboraj
¿Pero por qué es que el hombre se ha visto en la necesidad de justificar los males que se suceden en el mundo? ¿Cuál es el sentido que subyace detrás de esta imperiosa necesidad de explicar lo que muchas veces se torna inexplicable? Creo que una de las respuestas más interesantes que se han dado al respecto le corresponde al filósofo judeo-francés Emmanuel Levinas, quien supo decir al respecto que los males que más nos duelen son justamente aquellos que no podemos ingresar en algún tipo de economía de sentido. En su caso particular, él se refería a la Shoa.
Sin embargo, y tal como ocurre en su caso más extremo con la Shoa, la vida siempre nos presenta con situaciones de dolor que no podemos explicar. Sin ir más lejos, nuestra Parashá comienza con un Moshe compungido, triste y abatido, llorando su triste y solitario final con un Ds que no le permite ingresar a la Tierra Prometida después de tantos años de haber estado a Su servicio. ¿Quién más meritorio que el más humilde de todos los hombres de la tierra para ser premiado con unos pocos años de vida en Israel? Y aun así: “VaEtjanan el Ad-nai… Y oré a Ad-nai […] VeLo Shama Elai… y no me escuchó” (Deuteronomio 3:23, 26).
Siendo así, no es casual que el Midrash vincule la oración de Moshe con un versículo que se encuentra en el libro de Job (9:22), el cual sostiene: “Una cosa me resta por decir: que al perfecto y al impío Él los destruye.” De acuerdo al Midrash, dijo Moshe: “Soberano del Mundo, una sola cosa es para todos, ya que todos son iguales ante Ti, y a fin de cuentas es el mismo decreto tanto para los justos como para los malvados” (Tanjuma Vaetjanan 1).
En algún punto todos nos podemos conectar con la amargura de Moshe. Y aún cuando ninguno de nosotros se encuentra en el nivel del más grande de los profetas de todos los tiempos, todos podemos sentir el profundo dolor de la pérdida inexplicable. En esos momentos, las teologías retributivas parecen resquebrajarse y tambalear. En esos momentos, las crisis nos pueden llevar a alejarnos de Ds y de Su Tora.
En este sentido, me parece que el comienzo de Parashat Vaetjanan se encuentra todavía en el estadio correspondiente a Tisha beAv y al período de tres semanas de duelo que acaban de finalizar. En otras palabras, Moshe – al igual que lo que ocurre con Meguilat Eija y la destrucción de Jerusalem – vincula su pérdida con un castigo divino. Sin embargo, y por más que mucho me pese, este estadio no se circunscribe solamente a Moshe o a Megilat Eija, ni queda reducido solamente a tres semanas al año, sino que para muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo la realidad que los rodea debe ser aprehendida y tamizada en función a esta narrativa de premios y castigos. Cuando esta narrativa se quiebra, se produce un hondo vacío que luego es sumamente difícil de llenar.
Pero Vaetjanan no solo nos conecta con el lamento y la destrucción de paradigmas que se quiebran a la par de ciudades que parecían imbatibles, sino que nos ofrece otro estadio existencial sobre el que podemos (y tal vez debemos) construir una visión judía que sea moderna, auténtica y relevante para nuestras vidas. Nuestra Parasha, es la Parasha del Shema, y más específicamente, del primer párrafo del Shema. Y este texto, sumamente conocido por todos nosotros, nos invita a relacionarnos con lo divino y trascendente desde el apego y el amor: “VeAhavta et Ad-nai Eloeja… Y amarás a Ad-nai tu Ds” (Deuteronomio 6:5). Este amor no depende en ningún momento de intereses, privilegios o regalías, sino que se construye desde el profundo sentido de sostener el pacto y la unión.
La construcción de un camino de estas características lleva tiempo y trabajo. Llegar a la conclusión de que uno debe hacer el bien porque de esa manera hace acto de aquello divino que es potencia en nuestro interior es un desafío que nos debe convocar a todos y a cada uno de nosotros. Porque en entender la importancia del pacto que se sostiene en el amor y la alegría radica el desafío de construir una narrativa judía propia en la que podamos encontrar sentido y fortalecer nuestro judaísmo a partir de acciones concretas y cotidianas.
Los momentos de dolor son inherentes a la vida misma, y como ya lo ha dicho Harold Kushner, Ds nunca nos prometió que nada malo nos iba a suceder. Entender que el pacto con Ds pasa por otro lado, y que nutridos de textos clásicos como el Shema deberemos construir este tipo de relación en nuestros propios términos, es base y fundamento para encontrar Nejamá, el consuelo de saber que a pesar de las desgracias que nos han ocurrido aquí seguimos estando, fieles al legado de nuestra tradición de vivir vidas plenas de sentido y llenas de esperanza.
Shabat Shalom uMeboraj
TITULARES DE LA SEMANA
~ Diálogo interreligioso en Guadalajara~ Muchos genios pero pocos trabajadores
~ Dilemas para el Hebreo
~ Comenzó el programa de Dirección de Organizaciones Judías organizado por Leatid - JDC
~ Trabajo sobre planeamiento estratégico del Joint y la UJCL
~ Judíos quedaron atrapados en ambos frentes en la lucha entre Rusia y Georgia
~ Jerusalem: Descubren tesoro de 2000 años
~ El lado oscuro de Pekin 2008
~ Es difícil ser judío en España
DESDE LA COMUNIDAD HEBREA DE GUADALAJARA TE DESEAMOS SHABAT SHALOM !!!
1 comentario:
Felicidades Joshua por esa platica-convivencia que tuviste en dias pasados, estas son las relaciones que tenemos que tener con nuestra comunidad.
nos vemos pronto
Shabat shalom
cecilia
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